Las características irregulares del solar en donde se edificaría la Casa Lis (irregular, enclavado en los restos de una muralla, y con un marcado desnivel, sobretodo en el lado sur), bien hubieran podido ser limitaciones para dicho proyecto; pero la visión del señor Lis sobre la distribución de la vivienda en torno a un patio central interior que distribuye a la perfección las estancias en los distintos niveles y el diseño de una fachada construida con hierro y vidrio, siguiendo los preceptos de la arquitectura industrial (el señor Lis viajaba por Europa por su negocio mercantil, lo que hizo que tuviera una visión moderna para diseñar el edificio).
Para salvar el gran desnivel que había por la parte sur (con unas preciosas vistas al río Tormes y al puente romano), diseñó unas escaleras de forma que pudieran albergar unas terrazas ajardinadas y una gruta cubierta de rocalla, que aligera el conjunto.
En su fachada norte, el resultado es uno de los pocos ejemplos de arquitectura industrial dedicada a uso residencial, y uno de los pocos ejemplos de arquitectura modernista que podemos encontrar en Salamanca; único por su espectacularidad y por la audacia con la que supo y fue capaz Vargas de resolver las dificultades por las condiciones del solar. Fue construida en ladrillo y piedra, en la que destaca su puerta de acceso y el movimiento orgánico de las verjas de hierro de una delicadeza "Art Nouveau".
Su construcción debió ser rápida, pues en 1.905 se construyó la fachada norte y en 1.906 se inauguró.
La casa contaba con dependencias para invierno y para verano; las primeras en la planta baja y las segundas en la principal. Además de varias dependencias como salones, despachos, oratorio y aseos. Contaba con iluminación eléctrica y natural que entraba a través de una claraboya que cubría la escalera principal.
La casa cambió de propietarios en 1.917, cuando, el por entonces rector de la universidad, Enrique Esperabé Arteaga, se muda allí con su familia. Después fue ocupada por varios inquilinos hasta que en los años sesenta queda cerrada y sin uso, comienza así un período de decadencia y degradación que a punto estuvo de hacerla desaparecer.
En 1.981, el Ayuntamiento de Salamanca, consciente del valor del inmueble, inició un expediente de expropiación que logró salvarla de la ruina.
Actualmente el edificio es la sede del Museo Art Nouveau y Art Déco, y en sus salones y dependencias se exhibe una parte de los fondos donados por un anticuario y coleccionista llamado Manuel Ramos Andrade que, viendo como la casa había recuperado todo su esplendor y abría sus puertas, renovada, decide exponer sus colecciones únicas en España.
Algunas de las obras que pueden contemplarse en el museo
Una bellísima lámpara adquirida en este museo
La gran vidriera emplomada que cubre el patio central, fue realizada por el taller "Villaplana" siguiendo los diseños de Manuel Ramos Andrade; así como el resto de las vidrieras artísticas que, ya en su momento, engalanaban la casa inicialmente.
Hoy en día, se ha convertido en todo un referente y en una de las imágenes más representativas de la ciudad de Salamanca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario